La Asociación Civil para el Enfermo de Psoriasis (AEPSO), con el acompañamiento de la Administración Provincial del Seguro de Salud (Apross), llevó a cabo una campaña de detección gratuita de la enfermedad psoriásica en la ciudad de Córdoba, con el objetivo de concientizar y mejorar el diagnóstico temprano de esta enfermedad.
El camión sanitario de AEPSO se ubicó en la ex plaza Vélez Sarsfield (Bv. San Juan y Av. Vélez Sarsfield) con el objetivo de llegar a todas las personas que padecen la enfermedad y que tal vez la desconozcan, como así también a quienes se tratan desde hace tiempo y que no están conformes con el tratamiento.
A su vez, el propósito fue reforzar y dar a conocer la importancia que tiene no abandonar las consultas médicas, ya que ello impacta directamente en el curso de la enfermedad.
“Sabemos que existen muchas personas subdiagnosticadas y subtratadas, y eso conlleva muchos riesgos. Hay que evitar que las personas lleguen a la discapacidad por algo que no fue tratado como corresponde. Es fundamental el diagnóstico y el tratamiento para el control de la enfermedad y, por lo tanto, de sus posibles consecuencias”, expresaron desde AEPSO al respecto.
La enfermedad psoriásica es una dolencia crónica no contagiosa del sistema inmunológico que puede afectar no solo a la piel (psoriasis) sino también a las articulaciones (artritis psoriásica). Cuando esto sucede a nivel de la piel, la enfermedad genera lesiones de distinta gravedad y aspecto. Son habituales síntomas como picazón, descamación o dolor, manifestándose en forma de placas de piel enrojecida, cubiertas de escamas blanquecinas. Sin embargo, algunos de los pacientes con psoriasis pueden desarrollar otros síntomas asociados a la artritis psoriásica, como hinchazón, dolor articular y dificultad en el movimiento.
Se estima que 3 de cada 10 personas con psoriasis también podrían desarrollar inflamación y dolor en las articulaciones, afección que tiene que ser tratada por reumatólogos.
Muchas veces, el diagnóstico de esta enfermedad continúa siendo un desafío, y la mayoría de las y los pacientes deben consultar a más de un profesional hasta arribar al diagnóstico preciso.
Asimismo, el aporte conjunto entre clínicos, dermatólogos y reumatólogos lleva a una atención global del paciente, garantizando un diagnóstico temprano que posibilita implementar el mejor tratamiento y evaluar de manera correcta las comorbilidades.
Cuando no se trata correctamente, tiene un fuerte impacto en la calidad de vida de los pacientes. Es un proceso inflamatorio generalizado que puede desencadenar discapacidad e interferir con las actividades de la vida cotidiana. Además, sus manifestaciones en la piel pueden ocasionar vergüenza en quienes la padecen, generando un fuerte impacto psicológico.
“Esta enfermedad impacta, en mayor o menor medida, a casi todos los y las pacientes. Puede afectar sus relaciones sociales, actividades laborales, deportivas e incluso las relaciones de pareja. Esto también dependerá del grado de afectación en la piel y en las articulaciones”, precisaron desde AEPSO.
Al tratarse de una enfermedad inflamatoria, lo ideal es abordar en forma temprana los síntomas. Cuando esto no sucede y se retrasa el tratamiento, pueden generarse secuelas más difíciles de revertir; principalmente cuando hay afectación articular.
También es importante saber que esta enfermedad presenta varias comorbilidades asociadas, como la diabetes, enfermedades cardíacas, obesidad e hipertensión, entre otras. Por ello, la recomendación en estos pacientes va de la mano de hábitos de vida saludables como la alimentación, actividad física, no fumar y chequeos de rutina.